
Nuestro episodio:
En este episodio hemos concentrado nuestra atención en definir e interrelacionar 5 habilidades que pueden convertirse en el núcleo de tu práctica profesional, revolucionando la manera en que te encuentras y sirves a tus clientes de coaching.
Escúchalo aquí:
https://www.spreaker.com/episode/40588748
Habilidades abordadas:
Las cinco habilidades que pueden revolucionar tu coaching son:
- Escucha enfocada.
- Preguntas efectivas.
- Autogestión.
- Conexión.
- Concretar la acción.
Escucha enfocada
La escucha enfocada es el inicio de todo proceso de coaching; una “habilidad puerta”, puesto que si no pasamos por ella no es posible generar la apertura característica de una conversación provocadora de aprendizaje. Por medio de la escucha, de aquello que se dice y lo que no, de lo que se ve y lo que no en la expresión del cliente, es posible determinar con mayor prontitud las necesidades aparentes y reales que el cliente experimenta. Si el coach no escucha, y no ofrece el resultado de dicha habilidad al cliente, simple y sencillamente no pasa nada. Una conversación como cualquier otra. Lo que pudo ser y no fue. Por ello, la escucha es la primera habilidad que se trabaja en muchos de los programas de formación de coaches profesionales. Es la fuente inagotable de la materia prima para el proceso de coaching.
Preguntas efectivas
Pero la escucha tiene un complemento, la pregunta efectiva. Pienso en un duo dinámico, escucha, como primer movimiento, y pregunta efectiva, como respuesta y seguimiento a lo que se ha percibido. Si en el diálogo de coaching el cliente expone su perspectiva, mediante la escucha, el coach ofrecerá como respuesta, en clave de interrogante, los elementos necesarios para que el cliente pueda trabajar con su propia perspectiva e interpretación de la realidad. Me viene ahora a la reflexión la imagen de unas tijeras como reflejo de la pregunta. La tijera permite, en una manualidad o en un trabajo creativo, delimitar, afinar, redondear, para adecuar lo que hay a lo que es necesario obtener. Con una adecuada batería de preguntas, surgida desde la escucha, el cliente podrá afinar lo que siente, piensa, cree y hace respecto su reto y desafío. La preguntas que detonan su reflexión, que le permiten descubrir, que lo retan, que lo motivan, que le ayudan a ponerse en movimiento, son las preguntas que definen el sello propio de una conversación de coaching.
Autogestión
Como tercera habilidad, y como resultado de la interacción de ese duo dinámico que hemos comentado, la atención interna del coach para asegurar su presencia plena y su atención en el cliente y para el cliente, se revela como una habilidad crucial. Yo diría, diferencial. La autogestión como la manera de asegurar la dirección correcta en el coach para servir mejor y enfocar a lo verdaderamente importante para el proceso: el cliente y su reto. La mente del coach debe entrenarse desde la intención de focalizar la atención en lo que se escucha, en lo que se pregunta, pero, sobre todo, en lo que el cliente está aprendiendo de sí mismo mientras conversa. No es fácil dominarse a sí mismo en temas de intención y atención, y mucho menos es sencillo hacerlo, para volcarse completamente al otro y no enredarnos internamente con nuestros propios pensamientos, juicios, valoraciones, emociones, sentimientos, creencias, etc. La disciplina mental del coach, se parecería en este punto a la reflexión clásica de David Allen, en organízate con eficacia, sobre el karate y la mente como el agua. Donde al arrojar un guijarro a un estanque de aguas tranquilas, el agua reacciona como le es propio, con adecuación a la fuerza y a la masa de lo que se introduce, pero, después, es capaz de retomar la calma; el agua, ni exagera ni minimiza la reacción. La autogestión es un fluir en la sesión a favor del cliente y el coach debe procurar que su mente sea como el agua para que entonces el proceso pueda darse y con él, el cliente puede aprender sobre sí mismo.
Conexión
La conexión, que algunos autores sobre coaching, podrían equiparar con la empatía, será, seguramente el resultado progresivo de la ruta que hemos planteado. Veámoslo en clave de cliente: “Si mi coach me escucha, me hace preguntas que me ayudan a descubrir, y está en la sesión completamente presente, permitiéndome aprender sin juzgarme, me siento verdaderamente acompañado. Entonces, esto sí funciona”. La conexión que el coach provoca, tiene siempre reciprocidad. Si el coach da lo que mejor que tiene, y cree en su cliente, el cliente se comprometerá consigo mismo más fácilmente. La conexión es un “campo de fuerza” entre ambos, es sinergía y favorece el proceso pues genera un contexto donde la persona se animará, más fácilmente, a emprender opciones o alternativas para alcanzar aquello que está buscando desde el inicio. La conexión, sin duda, revela el poder del encuentro interpersonal que ya comentábamos en el episodio anterior.
Concretar la acción
Por último, lleguemos a la “cereza del pastel” que hemos ido construyendo en la breve descripción de habilidades previas. El cliente ha iniciado un proceso de coaching en búsqueda de transformación, de cambio, de mejora. Y eso no se logrará solo con conversaciones aparentemente poderosas. Sino que los aprendizajes de las sesiones, hechos posibles por la habilidad del coach puesta al servicio de su cliente, y por el compromiso y decisión de la persona, deben convertirse en acciones tangibles, en resultados verificables, en nuevas realidades. Por ello, la última habilidad que pongo ahora, es “concretar la acción”. Y por ella entendemos el proceso, generalmente de la segunda parte de la sesión al cierre de la misma, donde el coach acompaña al cliente a diseñar lo que puede hacer para obtener lo que quiere. Y ello pasará por varias fases. Desde el cambio de perspectiva de “no puedo hacer nada” a “creo que podría hacer algo”, pasando por el análisis de opciones de acuerdo a valores y perspectivas del cliente, y llegando, finalmente, a la prospectiva de una acción realizable, no sin esfuerzo pero evitando la comodidad que significa resistencia. Si la conexión, como fruto de escucha, preguntas y autogestión, está enraizada, el contexto de saberse acompañado y no solo y perdido en su reto, permitirá al cliente animarse a poner en juego sus propias habilidades, conocimientos, talentos y oportunidades. Aún sabiendo que el objetivo no está en ser efectivo a la primera ocasión, sino en el paso de arrojo y empeño por lograrlo. Si tus clientes no encuentran aprendizaje en las acciones diseñadas en las sesiones, deberás esforzarte más en el desarrollo de esta habilidad.
Recursos adicionales
Te sugerimos escuchar también, en cuanto te sea posible, nuestro episodio número 009, en nuestra primera temporada, sobre la “Radiografía de un coach”. Dejamos aquí en enlace para tu consulta posterior: Episodio #009 “Radiografía de un Coach” – Coaching Lab México
Al cierre de este encuentro pudimos presentar a una de nuestras próximas invitadas. Coach Karina Sánchez, nos acompañará el 08 de noviembre en el episodio dedicado a la habilidad que permite al cliente concretar acciones transformadoras. ¡Será un gusto recibirla! Puedes conocer sobre ella en nuestra página de invitados confirmados a la cuarta temporada. Puedes conocer más sobre nuestra invitada en nuestra página de invitados confirmados: Nuestros invitados – Coaching Lab México

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Próximo episodio:
Volveremos a escucharnos el próximo 13 de septiembre, a las 21:00 hrs hora CDMX, para comentar con mayor detalle la primera de las habilidades que hemos presentado aquí: “la escucha enfocada para servir mejor”.
Soy Héctor Sampieri, coach Dialógico, desde CDMX, esto es Coaching Lab México un laboratorio de experiencia y aprendizaje compartido. Nuestra misión es orientarte en el ancho mundo del coaching.
¡Hasta pronto y hasta siempre!
Un comentario sobre “Episodio #027 5 herramientas para revolucionar tu coaching”
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